Muchas especies de pingüinos son conocidas por formar parejas monógamas y permanecer con la misma pareja durante varias temporadas de cría, e incluso de por vida.
Los pingüinos a menudo forman vínculos fuertes con sus parejas y se involucran en rituales de cortejo, como bailes y cantos, para atraer a su pareja.
Una vez que establecen una pareja, ambos padres se ayudan mutuamente a cuidar los huevos y a alimentar a las crías.
Si bien muchas especies son monógamas, algunos estudios han demostrado que la fidelidad a largo plazo puede variar, y algunos pingüinos pueden buscar nuevas parejas si no pueden encontrar a su pareja original.